martes, 10 de noviembre de 2020

Bitácora de un encierro I.

 


Ha despertado desorientada

como perdida, extraviada.

Sin saber a ciencia cierta

que sucedido mientras dormía...

Al cerrar los ojos era dueña

de la seguridad con que en el cielo

las estrellas se sostienen...

Despertó con los labios resecos

sin siquiera una gota de humedad,

como si el aliento hubiese secado,

durante la noche,

todo flujo de su cuerpo...

Sin saber que sucede,

se escurre entre los espacios

de un lugar, que hasta ayer, habitaba

y que hoy desconoce...le es ajeno...

Se siente encerrada, atrapada,

en un laberinto de ladrillos y aberturas

que hasta ayer creía su casa...

Entre la penumbra de su confusión

un rostro familiar se abre espacio lentamente

en el mar revuelto de ideas

 que es su mente...

Más atrás una voz la orienta en la dirección...

De entre la bruma mental salen brazos,

que la rodean, la atrapan

con una calidez inexplicable...

Sonrisas infantiles y  risas mágicas,

una mirada masculina le ofrece refugio,

ya esta a salvo...

Encontró su hogar en aquel laberinto

de ladrillos y aberturas,

que en este tiempo de encierro

mas de una vez la abruma, confunde,

desorienta.

domingo, 4 de octubre de 2020

Carta de agradecimiento a mí...

Querida Guille... 

Han pasado muchos años ya y la verdad nunca me detuve a agradecerte o felicitarte. Has mantenido la entereza y tu bondad pese a todo lo horrible que soportaste. Guardaste silencio para preservar a otros de un daño similar, pese a que quizás tu mayor temor era que te culparan por lo sucedido. Viviste mucho tiempo sintiendo culpa sobre todo aquello que te ocurrió, pero nunca planeaste venganza. Eso es algo de lo que siento orgullo. Y debes sentirlo también. 

Por otra parte nunca te detuviste. Y menos te diste por vencida. Continuaste, hasta las veces que lo usaste como impulso. Llevar la contra algunas veces no te resulto, pero otras si; y de las primeras aprendiste su enseñanza y las consideraste. Pediste perdón y lo mas importante te perdonaste. 

Te convertiste en una excelente mujer, reconociendo tus errores y debilidades, algunas que puedes cambiar, otras que sigues intentando.

Te mantuviste firme a tus principios, aún cuando representó postergar tus anhelos. Aprendiste que las personas dan lo que tienen y a agradecerlo. 

Te he visto sentada en el piso llorar hasta el cansancio y luego levantarte e intentar visualizar como seguir.

Debo felicitarte por todo. Pero sobre todo, por aprender que no necesitas la aprobación de los demás y que no importa cuanto tiempo te llevo aprenderlo, eres feliz. Aprendiste que el otro es justamente otro; al igual que sus opiniones, creencias y expresiones. Que aún cuando están dirigidas hacia algo que has hecho, tomar lo que te sirva para crecer, escuchar y desestimar si no se trata de nada constructivo.

Recordar el día en que supiste que tendrías que firmar con un apellido que ni siquiera sabias escribir bien. Convertirlo en legado como parte de tu persona, asumirlo y recuperar aquel que ese día ese sujeto te indico que por ley ya no te correspondía... Años después otra ley le daba el mismo valor al apellido de tu madre; fue entonces que lo volviste a usar aunque no figure en tu documento.

Siempre has encontrado el modo de continuar, de no detenerte; ni aun cuando la adversidad parecía haberse impuesto. Seguís gritando mucho, enojando demasiado seguido y no has cambiado ese atacar verbal (aunque debo reconocer, que has progresado en pensar un poco antes y en pedir perdón o advertir que te sientes de mal humor), pero aun no controlas tus arrebatos... No puedo ser imparcial al decirte si tienes razón o no...

Felicitaciones por tus títulos, pero por no parar de aprender siempre. Por reconocer que no sabes algo, y no dudar en aprenderlo. Debes valorar tus conocimientos, tus logros académicos y tu modo de concebir la educación... 

Debo dejarte por ahora, hacerte saber que el orgullo que sientes por todo, es el mismo que sentirían tu tío y tu abuelo...

Cuídate y sigue así, aprendiendo y reforzando tu ser interior!

sábado, 3 de octubre de 2020

Laberinto. Galería de grandes monstruos...

 No puedo decirles cuando fue que empezó, pero si recordar que tenia como mucho 4 años... Que lo debo haber confundido con una especie de demostración de amor, o ese sujeto lo uso para hacerme creer. que estaba bien y que seria una especie de secreto. Nunca se lo dije a nadie.

Recuerdo cosas asquerosas. Sus manos en mis genitales, su lengua en mi vulva. Recuerdo que me llevaba a lugares apartados, como su taller o alguna habitación de su enorme casa. Algunos recuerdos los tengo bloqueados. Crecí creyendo que masturbarme con animales estaba bien, que cualquiera podía poner su lengua en mis genitales. 

Era apenas una niña cuando ya había intentado que otro niño metiera su pene, aunque no sabia bien donde y terminaba siendo un juguemos a la mamá y el papá... Fue mucho tiempo después que entendí que nada de eso era normal, que nada de eso debía pasar a ningún niño o niña.

Recuerdo una tarde en el galpón del campo, en un descuido mío, que me manoteo del brazo e intento penetrarme, mientras me babeaba en una especie de beso enfermizo...Le dije que me soltara, que hablaría... Esa fue su ultima vez...

Pero antes de que eso ocurriera, había vivido otra experiencia tan asquerosa y terrorífica, de alguien que jamas supe quien era...Se trataba de un sujeto que se envolvía en un sobre todo, al otro lado del balcón y me mostraba su cuerpo desnudo...Recuerdo haberle contado a mi tío, recuerdo que le dijo que lo denunciaría...o algo así...Creo que fue entonces que entendí que todo aquello que me había pasado, no era normal.

Todos esos monstruos encarnaban el abuso sexual infantil. Durante mucho tiempo creí que me lo buscaba. Es que en una ocasión coquetee con un hombre y este intento tener sexo conmigo...como llore se detuvo. Luego me acerque por cariño a otro, alguien que era importante para mí, y cuando  sus caricias entraron en mi zona genital, me quede...no lo detuve, deje que lo hiciera muchas veces. La relación era perfecta a los ojos de todo el mundo Una relación sana a los ojos de todo el mundo. Como la de mi infancia temprana. Esta fue entrada mi adolescencia.  Cuando le puse freno, cuando no quise el acto sexual, todo se desmorono y pase a ser la peor chica que una familia pudiera tener.

Crecí creyendo que merecía todo eso. De hecho mi iniciación sexual consentida fue con un hombre casado y mucho mayor que yo, del cual estaba enamorada. Como se puede enamorar cualquier niña a los 14... Luego tuve sexo con un chico de mi edad y no me resulto...

Tuve por mucho tiempo alterado el sentido de lo sexual y el sentido del placer... No importaba que sintiera, siempre que tuviera sexo. No importaba lo que hiciera, en definitiva, nadie notaba lo que sucedía... Siempre me pregunte como no pudieron verlo, de grande entendí que esos tipos de seres se enmascaran en personajes socialmente aceptados y correctos a los ojos de todos. 

Por lo que aprendí a ver a los niños, a ver sus dibujos, sus miradas, sus reacciones, a escuchar sus no. Siempre tuve terror de que les sucediera a mis hijos. Tenía tan alterado el sentido de lo sexual, que tome un curso para saber que era normal y que no, en el comportamiento sexual de un niño.

Fue cuando aprendí que un ser sano mentalmente no manosea una niña, no la babea y mucho menos intenta penetrarla. Aprendí de que un adulto sano, frena el impulso de una adolescente porque sabe que no es correcto.

Pero no todas tienen esa suerte. Muchas se bloquean tanto, que en cualquier dirección en la que corran, están dentro del mismo laberinto sin salida.

Lo conte una vez y la reacción no fue la esperada. Lo conte otra y luego lo usaron para condicionarme con contarlo... Hoy en un proceso de sanación personal, espiritual, existencial... Debí enfrentar a mis monstruos, recordarlos, quedarme ahí hasta que no generaran nada... dentro de mí. 

Recuerdo que las relaciones, las primeras, en general eran secretas, prohibidas, por fuera de la ley. Recuerdo haberme enamorado, o creer que lo estaba. Recuerdo atraer esa clase de sujetos, que cuestionaban mi activismo sexual...La experiencia, por decirlo de un modo mas elegante. 

Recuerdo, ya siendo madre, al mismo sujeto de la infancia, decirme que si mis manos hablaran y contaran las cosas que hacían de niña...Recuerdo el miedo paralizándome. Recuerdo que cuando se fue, alce a mi bebe y lo protegí con mi cuerpo. Recuerdo estar en la casa con mi bebe un poco mas grande, haber ido al baño y al retornar, le habían permitido a él llevarla a su taller, recuerdo haber ido ciega y arrancarle la nena de los brazos, recuerdo su ironica sonrisa... Recuerdo no haber vuelto nunca mas a ese lugar...

Recuerdo haber rezado mucho. Pedir que mas alla de todo, nada malo me sucediera. Y así fue. Seguí viva...

Recuerdo aquella vez que, el que hoy es mi marido, me dijo...eres muy chica para mí. \me case con él mucho tiempo después, cuando ya no era una niña....de hecho ya había pasado los 30... Me resulto tan estúpido que dijera eso, es que el no sabia por entonces todo lo que me había pasado...Luego me case, tuve hijos, me separe...y el resto sucedió a su tiempo...

A todo lo anterior, sumarle, un padre abandonico. Ser hija de una relación extra-matrimonial. Y el crecer lejos de  mi madre los primeros años de mi vida por circunstancias laborales.

No lo cuento para dar lastima. Es mi historia de terror para la galería de monstruos. Elegí este modo, porque quizás a muchas y muchos les haya pasado y no sepan como enfrentarlos. Tampoco lo supe hasta hoy que los nombre.

Disfrutar de la sexualidad me llevo muchísimo tiempo, romper con mis diques mentales fue un transito de mas de 4 años...Saber que hacer con esos desbordes, entender que quería y que aun podía lograrlo...

Siempre escucha tu voz interior, toma las mejores decisiones. Me desvié muchas veces de escucharla, porque me habían hecho creer que no sabia lo que quería, y que no tomaba buenas decisiones...

Abandone el laberinto, dejando atrás los monstruos, los deje libres, qué sea de ellos ya no me interesa. Necesitaba el lugar que ocupaban dentro de mí para cosas mejores.

jueves, 23 de enero de 2020

Dónde estar cuando ya no quieres...

No te ha pasado de no tener donde ir cuando ya no quieres algo... sea una situación vivida a diario, un trabajo al que no quieres ir, un amor al que ya no amas... O simplemente el estar en un lugar te asfixia... Ya no quieres, pero no te vas porque sientes que no tienes un lugar tuyo al cual ir...
Pues apropiate de algún sitio y has lo tuyo... Un banco en una plaza retirada, un poco de pasto al lado de un parque o lago... Un Arroyo... Has lo tuyo, si hace frío toma una frazada de polar, esas que se doblan fácil y entran en cualquier bolsa, y ve a tu lugar... Y cuando estés allí, pues no hagas nada, no siempre debes hacer algo... No siempre debes buscar la solución... a veces es solo dejar el tiempo pasar, la mente calmarse... Salir las lágrimas, sin preguntarte todo el tiempo porque; en que fallaste o que no hiciste o si has hecho de más... A veces no tienes ni la mínima idea de que hacer... Y permitirte no saber que hacer, aún cuando tienes hijos también es válido... No sientas que debes saber todo ya y exactamente qué, no es bueno.
Y cuando haya pasado el tiempo, ese en el cual quizás no estés del todo bien, pero sientas paz... Vuelve y ten en mente que pronto sabrás qué y cuándo hacer lo que sea que te permitirá irte de allí y no volver... 
Cuando suceda agradece al universo o a Dios, o a quien creas... Incluso a ti, por ese permanecer, y por ese partir...
Buenas noches y que tengas un buen despertar... Abraza ese recuerdo bello, ese amor infantil... Ese oso viejo, esa bufanda gastada... O tu almohada.. Abrazate y tendrás un sueño increíble...

X #GuilleWrede

lunes, 12 de enero de 2015

No debería de haber...

Desde el atentado a Francia, al Charlie Hebdo, internet fue una lluvia de noticias, repudios y contra respuestas. Parece que fue necesaria la muerte de una docena de personas para que todos  empezaran a  contar muertos y muertes como una hazaña, y una vez identificada como tal a ponerle la bandera de acusación o de justificación.
En las distintas redes sociales se compartieron de manera compulsiva y automática cintas negras, caricaturas sobre charcos de sangre, fotos en señal de duelo. Alguien se detuvo a pensar en lo violento de todo, en que no pensamos, sino que actuamos de manera ciber dirigida.
Puede que muchos de ustedes me lo nieguen, pero hasta el momento ningún medio generalizó algunas de las denuncias sobre esos accionar del gobierno francés que dejo mas de dos mil muertos. No digo que no existieron, trato de pensar en por qué actuamos como lo hacemos.
Por qué esperamos a un suceso extraordinario, no lo digo en el sentido fantástico; para empezar a mostrar verbos en tiempo pasado, por qué no lo hicimos de la misma manera en cada ocasión.
Luego me pregunto quiénes somos para juzgar si esta bien o mal un atentado, quiénes para celebrar el accionar rápido y eficaz del gobierno francés... Cuando desde el comienzo no debería de haber ocurrido, todo lo solucionamos y justificamos con violencia, todo es ir a la confrontación...
Y después repudiamos, lloramos y nos rasgamos las vestiduras frente a masacres que consumimos comprando noticias, apoyando gobiernos y siendo el ladrillo de encastre que quienes juegan en la mesa grande, que llamo mundo.
¿Cómo lograr ese cambio? Que nos va a ocurrir como humanidad para que no solo bajemos las armas, si no que dejemos de construirlas, de ve quién tiene la pistola más grande, quien puede iluminar el cielo con luces multicolores y pintar el suelo de rojo sangre...
Pienso en que nos sucede en este mundo de seres que permiten a diario las injusticias más grandes, los dolores mas profundos y los daños irrevocables.
Cuando será el momento que dejemos nuestro complejo de inferioridad-superioridad para resolver como iguales, todos tenemos derecho a no ser callados, y dibujar-escribir, expresar y que la otra parte entienda que no necesariamente es así, pero que la esencia del cambio está en entender que ser distinto a nosotros no es malo, y que la reacción defensiva de todo lo enunciado, desemboca en males mayores...
Mañana continuo estas ideas... Saludos #GuilleWrede

domingo, 11 de enero de 2015

Decisiones...

Ayer me detuve a un costado del camino y miraba la vida pasar.
Trate de situarme en un punto que me diera la perspectiva para decidir, cualquiera de las opciones deja un sabor amargo...
En lo que a mi respecta tomar una decisión elimina el factor de incertidumbre y me da tranquilidad. ¿Han tenido que tomar decisiones? Sí, lo sé a lo largo de la vida y a diario tomamos decisiones, a veces apresuradas a veces con el tiempo necesario, pero los efectos o como resulte todo a veces no es lo que esperamos.
Mirar a los ojos a alguien que sabes importante para tu vida y tener que decidir si quedarte o alejarte. Momento de decidir pensando en uno mismo.
Decidí continuar con mi vida, y dejar que el futuro me sorprenda. Es decir tomaré las riendas sobre aquello que puedo manejar y que haga a mi vida cotidiana. Lo que no dependa de mí ya no es mi problema. Los sentimientos que me provoquen tristeza, se que se esfumaran con el tiempo, o quizás aparezcan cada vez que lo recuerde. Son inevitables.
Si alguna de las decisiones de él tienen que ver conmigo supongo que lo sabré, a prima facie no tienen que ver conmigo. Por eso es que decido seguir sin él.
Alguna vez les paso tener que decidir algo así... supongo que sí... supongo que todo el tiempo...
Saludos #GuilleWrede

Respira mientras te asfixias.

Paradójico verdad? Y aún así hoy en día es algo que sufrimos, padecemos sin siquiera notarlo.
Cuando estamos dentro de una "relación tóxica" por ejemplo; cuando sufrimos el trabajar en un contexto de "violencia psicológica"; cuando atravesamos una separación y estamos en el aire entre nuestros hijos, la mujer- hombre que mora en nuestro interior y ese otro que en adelante es "un extraño-a" con el que enfrentaremos una batalla que con suerte terminará cuando nuestros hijos crezcan.
Cuando perdemos a un ser querido, amado, y tenemos que respirar mientras sientes cada vez menos fuerzas te quedan.
Cuando ves desmoronarse la vida de una amiga y solo te queda acompañar, estar.
De todo eso se trata respirar mientras te asfixias, un estado psicológico del que pocas veces nos damos cuenta, y que nuestro organismo da alertas con ataques de pánico, ansiedad, estrés y sus variantes.
Como de todo, de ésto también se sale, de ésto también se aprende. Muchas veces es aislar el corazón y tomar una decisión que nos haga bien, ser un poco egoístas con los demás y hacerlo por uno mismo, que el beneficio sea para nosotros, nos darán la espalda aquellos a los que no les importe nuestro bienestar y quedarán quienes solo les importe que estemos bien. Ahí es cuando respiraremos tranquilos.
Saludos #GuilleWrede