sábado, 3 de octubre de 2020

Laberinto. Galería de grandes monstruos...

 No puedo decirles cuando fue que empezó, pero si recordar que tenia como mucho 4 años... Que lo debo haber confundido con una especie de demostración de amor, o ese sujeto lo uso para hacerme creer. que estaba bien y que seria una especie de secreto. Nunca se lo dije a nadie.

Recuerdo cosas asquerosas. Sus manos en mis genitales, su lengua en mi vulva. Recuerdo que me llevaba a lugares apartados, como su taller o alguna habitación de su enorme casa. Algunos recuerdos los tengo bloqueados. Crecí creyendo que masturbarme con animales estaba bien, que cualquiera podía poner su lengua en mis genitales. 

Era apenas una niña cuando ya había intentado que otro niño metiera su pene, aunque no sabia bien donde y terminaba siendo un juguemos a la mamá y el papá... Fue mucho tiempo después que entendí que nada de eso era normal, que nada de eso debía pasar a ningún niño o niña.

Recuerdo una tarde en el galpón del campo, en un descuido mío, que me manoteo del brazo e intento penetrarme, mientras me babeaba en una especie de beso enfermizo...Le dije que me soltara, que hablaría... Esa fue su ultima vez...

Pero antes de que eso ocurriera, había vivido otra experiencia tan asquerosa y terrorífica, de alguien que jamas supe quien era...Se trataba de un sujeto que se envolvía en un sobre todo, al otro lado del balcón y me mostraba su cuerpo desnudo...Recuerdo haberle contado a mi tío, recuerdo que le dijo que lo denunciaría...o algo así...Creo que fue entonces que entendí que todo aquello que me había pasado, no era normal.

Todos esos monstruos encarnaban el abuso sexual infantil. Durante mucho tiempo creí que me lo buscaba. Es que en una ocasión coquetee con un hombre y este intento tener sexo conmigo...como llore se detuvo. Luego me acerque por cariño a otro, alguien que era importante para mí, y cuando  sus caricias entraron en mi zona genital, me quede...no lo detuve, deje que lo hiciera muchas veces. La relación era perfecta a los ojos de todo el mundo Una relación sana a los ojos de todo el mundo. Como la de mi infancia temprana. Esta fue entrada mi adolescencia.  Cuando le puse freno, cuando no quise el acto sexual, todo se desmorono y pase a ser la peor chica que una familia pudiera tener.

Crecí creyendo que merecía todo eso. De hecho mi iniciación sexual consentida fue con un hombre casado y mucho mayor que yo, del cual estaba enamorada. Como se puede enamorar cualquier niña a los 14... Luego tuve sexo con un chico de mi edad y no me resulto...

Tuve por mucho tiempo alterado el sentido de lo sexual y el sentido del placer... No importaba que sintiera, siempre que tuviera sexo. No importaba lo que hiciera, en definitiva, nadie notaba lo que sucedía... Siempre me pregunte como no pudieron verlo, de grande entendí que esos tipos de seres se enmascaran en personajes socialmente aceptados y correctos a los ojos de todos. 

Por lo que aprendí a ver a los niños, a ver sus dibujos, sus miradas, sus reacciones, a escuchar sus no. Siempre tuve terror de que les sucediera a mis hijos. Tenía tan alterado el sentido de lo sexual, que tome un curso para saber que era normal y que no, en el comportamiento sexual de un niño.

Fue cuando aprendí que un ser sano mentalmente no manosea una niña, no la babea y mucho menos intenta penetrarla. Aprendí de que un adulto sano, frena el impulso de una adolescente porque sabe que no es correcto.

Pero no todas tienen esa suerte. Muchas se bloquean tanto, que en cualquier dirección en la que corran, están dentro del mismo laberinto sin salida.

Lo conte una vez y la reacción no fue la esperada. Lo conte otra y luego lo usaron para condicionarme con contarlo... Hoy en un proceso de sanación personal, espiritual, existencial... Debí enfrentar a mis monstruos, recordarlos, quedarme ahí hasta que no generaran nada... dentro de mí. 

Recuerdo que las relaciones, las primeras, en general eran secretas, prohibidas, por fuera de la ley. Recuerdo haberme enamorado, o creer que lo estaba. Recuerdo atraer esa clase de sujetos, que cuestionaban mi activismo sexual...La experiencia, por decirlo de un modo mas elegante. 

Recuerdo, ya siendo madre, al mismo sujeto de la infancia, decirme que si mis manos hablaran y contaran las cosas que hacían de niña...Recuerdo el miedo paralizándome. Recuerdo que cuando se fue, alce a mi bebe y lo protegí con mi cuerpo. Recuerdo estar en la casa con mi bebe un poco mas grande, haber ido al baño y al retornar, le habían permitido a él llevarla a su taller, recuerdo haber ido ciega y arrancarle la nena de los brazos, recuerdo su ironica sonrisa... Recuerdo no haber vuelto nunca mas a ese lugar...

Recuerdo haber rezado mucho. Pedir que mas alla de todo, nada malo me sucediera. Y así fue. Seguí viva...

Recuerdo aquella vez que, el que hoy es mi marido, me dijo...eres muy chica para mí. \me case con él mucho tiempo después, cuando ya no era una niña....de hecho ya había pasado los 30... Me resulto tan estúpido que dijera eso, es que el no sabia por entonces todo lo que me había pasado...Luego me case, tuve hijos, me separe...y el resto sucedió a su tiempo...

A todo lo anterior, sumarle, un padre abandonico. Ser hija de una relación extra-matrimonial. Y el crecer lejos de  mi madre los primeros años de mi vida por circunstancias laborales.

No lo cuento para dar lastima. Es mi historia de terror para la galería de monstruos. Elegí este modo, porque quizás a muchas y muchos les haya pasado y no sepan como enfrentarlos. Tampoco lo supe hasta hoy que los nombre.

Disfrutar de la sexualidad me llevo muchísimo tiempo, romper con mis diques mentales fue un transito de mas de 4 años...Saber que hacer con esos desbordes, entender que quería y que aun podía lograrlo...

Siempre escucha tu voz interior, toma las mejores decisiones. Me desvié muchas veces de escucharla, porque me habían hecho creer que no sabia lo que quería, y que no tomaba buenas decisiones...

Abandone el laberinto, dejando atrás los monstruos, los deje libres, qué sea de ellos ya no me interesa. Necesitaba el lugar que ocupaban dentro de mí para cosas mejores.

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